Indudablemente el turismo es el sector más afectado por la emergencia sanitaria global.

Un mensaje muy escuchado en estos días es que “el mundo no volverá a ser el mismo después de la pandemia”  Seguramente habrá cambios en muchas áreas. Los que serán más evidentes se registrarán en la forma de viajar y de hacer turismo. Este sector genera cada año, en el mundo y según datos del Consejo Mundial del Viaje y el Turismo, el 10,4% de lo producido por la actividad económica. Es un segmento que sostiene, globalmente, 319 millones de empleos.

¿Cuáles son los principales cambios que prevén los especialistas?

En una primera etapa -durante el segundo semestre- se dará el inicio de algunos viajes domésticos; después vendrán los regionales y, más tarde, los internacionales. Las líneas aéreas, según se considera, podrían modificar aspectos de los viajes para que, por ejemplo, haya más distancia entre pasajeros cuando todavía haya prevenciones por parte de la gente.

Los alojamientos «tradicionales» (hoteles reconocidos como tales) podrían recuperar espacio en la elección de los viajeros, dado que se buscará contar con mayor seguridad, con garantías de higiene y con respuestas en casos de emergencias. Los lugares masivos serían desplazados durante un lapso importante por otros, en los que no puedan reunirse muchas personas. La actividad de los cruceros sería una de las más golpeadas en el corto plazo, igual que el turismo dirigido a la tercera edad.

 

Desde la Latin American Hotel & Tourism Investment Conferences (Sahic), indican que el efecto del Covid-19 no tiene precedentes en los últimos 50 años, ni siquiera con crisis como las generadas por el 11-S en 2001, la caída de Lehman Brothers en 2008, o el NH1 un año después. Todas esas situaciones provocaron un impacto importante en los viajes, pero ninguna con tanta fuerza como la de estos días. La peor caída fue del 4% global en 2008, pero luego la reacción fue rápida. Ahora se mira lo que sucede en China con la curva del negocio (no con la de los datos epidemiológicos), como base de lo que podría darse en el resto del mundo.

 

El brote de coronavirus COVID-19 presenta al sector turístico un desafío importante y en evolución.

La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha fortalecido su colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las dos agencias de la ONU se reunieron en Ginebra para avanzar aún más en una respuesta coordinada a COVID-19. La OMT ha pedido un liderazgo internacional sólido y que el turismo se incluya como prioridad en los futuros esfuerzos de recuperación.

La OMT también exhorta al sector y a los viajeros a abordar este desafío con buen juicio y medidas proporcionadas.

 

El turismo es actualmente uno de los sectores más afectados y la OMT ha revisado su pronóstico de 2020 para llegadas y recibos internacionales, aunque hace hincapié en que es probable que tales predicciones se revisen más.

En un contexto de restricciones de viaje que se están introduciendo, la OMT subraya la importancia del diálogo y la cooperación internacionales y enfatiza que el desafío COVID-19 también representa una oportunidad para mostrar cómo la solidaridad puede ir más allá de las fronteras. El sector turístico, como ninguna otra actividad económica con impacto social, se basa en la interacción entre las personas. La OMT ha estado guiando la respuesta del sector turístico en varios niveles:

  • Al cooperar estrechamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la principal agencia de las Naciones Unidas para la gestión de este brote;
  • asegurando con la OMS que las medidas de salud se implementen de manera que minimicen el impacto innecesario en los viajes y el comercio internacional; al solidarizarse con los países afectados; y
  • enfatizando la resistencia comprobada del turismo y estando listo para apoyar la recuperación.

La OMT continúa coordinando estrechamente con la OMS y otros organismos de las Naciones Unidas, y el Secretario General de la OMT, Zurab Pololikashvili, manteniendo contactos regulares con gobiernos y líderes del sector turístico.